23 de febrero de 2009

Caso Madeleine McCann - Maddie es un caso de seguridad nacional

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SOS MADDIE español y portugués

Los ingleses no mostraron a los policías portugueses las imágenes, el día de la desaparición de Maddie, de los satélites que apuntan al Algarve. Dijeron que, por casualidad, en ese momento los satélites estaban todo dirigidos hacia Marruecos. Y la policía inglesa declaró ahora que en la investigación McCann estarían implicados los servicios secretos.

En mayo de 2007, algunos días después de haber desaparecido Maddie, un alto responsable del Departamento de Investigación Criminal (DIC) de la PJ pidió a sus colegas ingleses enviados a Praia da Luz acceso a las imágenes de los satélites que vigilan la zona del Algarve.

Si la petición en sí podía ser considerada como normal ya que, en el pasado, las imágenes vía satélite ya habían servido para ayudar a las autoridades a solucionar algún otro caso, la respuesta sorprendió. Según los “especialistas” enviados por el gobierno británico a Portugal, a la hora en que Madeleine fue raptada del apartamento % A del Ocean Club, todos los satélites estaban dirigidos hacia la costa de Marruecos.

A pesar de la explicación dada a los inspectores de la PJ, uno de los policías británicos enviados al Algarve acabaría por confirmar, en una conversación informal, que “si existen imágenes satélite de la salida de Madeleine McCann del apartamento, son consideradas secreto de estado,” por lo tanto imposibles de entregar a las autoridades portuguesas.

Una “coincidencia” desafortunada que acabaría por sorprender a los hombres de la PJ cuando, meses más tarde, vieron a los mismos “especialistas” defender la tesis del rapto de Madeleine a Marruecos, apoyada concretamente por las fantasiosas declaraciones de una agencia de detectives española, Método 3, que, en declaraciones públicas, hasta decía saber quién se había llevado a la niña, por qué y cómo, prometiendo incluso su regreso a casa antes de la Navidad.

Un caso de Estado

Aunque el caso de los satélites dirigidos para el lado “equivocado” no es el único. En Inglaterra, la policía de Leicestershire, en respuesta a una petición de un periodista británico, al amparo de un decreto que regula el libre acceso a la información, se negó a explicar si el recurso de las escuchas telefónicas e interceptación de correo electrónico en el ámbito de la investigación del caso Madeleine McCann estarían amparados, o no, por una orden judicial.

Parte de los agentes de la policía británicos enviados a Praia da Luz durante las 48 horas que siguieron a la alerta creada con la desaparición de Maddie, venían de la policía local de Leicestershire ya que sus padres, Kate y Gerry McCann, residen en su jurisdicción, concretamente en Rothley.

Según el periodista Jon Clements, la policía, después de haber retrasado su respuesta durante varios meses alegando necesitar consultar con otras “Agencias”, respondió que no tenía ninguna obligación de explicar en qué términos fueron utilizados ninguno de los medios de vigilancia en el caso Maddie, por razones de “seguridad nacional”.

La policía de Leicestershire, considerada la 5ª mejor policía municipal de Inglaterra, explicó además al periodista que estaba igualmente dispensada de responderle, porque la explicación podría estar relacionada con otros “organismo de seguridad”, lo que, según el decreto que regula el libre acceso a la información significa los distintos organismos de los servicios secretos, tipo M15, M16, GCHG, SOCA o las Fuerzas Especiales.

Ni Sócrates los asustó

La desaparición de Madeleine McCann mereció, desde el primer momento, una atención muy especial por parte de las autoridades británicas: se creó en el seno del Foreign Office un gabinete de crisis incluso antes de la llegada al lugar de los primeros inspectores de la Policía Judiciaria.

La importancia dada por el gobierno británico al matrimonio McCann sobrepasó todas las expectativas, incluso miembros del servicio secreto de Su Majestad que se desplazaron a Portugal, acabaron por mostrarse sorprendidos por la facilidad con que Kate y Gerry McCann entraban en contacto con Tony Blair o Gordon Brown.

El empeño del gobierno británico fue tal que ni la intervención pública del Primer Ministro portugués, José Sócrates, pidiendo a los políticos que no interfirieran en la investigación sobre la desaparición de Maddie, consiguió convencer a los ingleses que dejaran a la PJ trabajar en paz.

José Sócrates, en declaraciones al diario español EL PAÍS, en septiembre de 2007, después de que Kate y Gerry McCann hubieran sido constituidos arguidos, dijo que, como Primer Ministro portugués mantenía una “confianza total en el trabajo realizado por la policía portuguesa” en el caso Madeleine McCann.

Reconociendo que el caso Maddie era “n caso muy difícil”, José Sócrates describió la desaparición de Madeleine McCann como un caso donde “la policía dio lo mejor que tenía para descubrir lo que le sucedió a la niña”.

El Primer Ministro dijo además en aquel momento que era una obligación de todos los políticos (ingleses o portugueses) de no interferir en la investigación en curso y de no “alimentar el folletín”.

Duarte Levy

Primer artículo publicado: Maddie es un caso de seguridad nacional

© Traducción de Mercedes