30 de mayo de 2009

Matéria de Facto

Correio da Manhã

De error en error

La violencia contra los niños parece no detenerse, ni siquiera en vísperas de su día. No se consigue comprender lo que lleva a un padre a matar a una hija de siete años, como sucedió en Oporto. Tampoco se entiende lo que lleva a decisiones que no salvaguardan el interés del niño por encima de todo y los obligan a integrarse en un medio hostil y violento.

En nuestro país no existe un régimen que salvaguarde los intereses y proteja a los niños, no se aprenden las lecciones, manteniéndose una situación que solo puede dar lugar a más violencia. El Estado, la sociedad y las instituciones que deberían velar por la protección de nuestros niños ha hablado y seguirá hablando. Fíjese en el caso Joana, asesinada por su propia madre y tío. Hace cinco años sus hermanos estuvieron internados durante unos meses.

Fue notoria la falta de conocimientos básicos, comían con las manos y sorbían la sopa directamente del plato. Aunque más grave fue la decisión de entregárselos al padrastro de Joana. En aquel momento ya se investigaba la violación de Joana, siendo el padrastro el principal sospechoso. Eso y el entorno familiar parecían no haber sido tenidos en cuenta y hoy el hermano se ha convertido en una persona violenta y desintegrada. Mal va nuestra sociedad cuando no conseguimos proteger a nuestros niños y no aprendemos con los errores.

Gonçalo Amaral, Ex-coordinador de la PJ

Traducción de Mercedes